martes, 8 de marzo de 2011

AUMENTA LA ARTRITIS REUMATOIDE ENTRE MUJERES

Las estadíticas indican que por cada hombre que padece artritis reumatoide hay tres mujeres con la misma afección, sin que haya aún una explicación científica para ello; no obstante, la Medicina ofrece importantes alternativas para mejorar la calidad de vida.
La vida de un paciente con artritis reumatoide no es fácil, ya que debe aprender a vivir permanentemente con dolor y a organizar todas sus actividades en torno a éste. Particularmente las mujeres (quienes registran 75% del total de casos, en el rango de edad entre 25 y 45 años), ven limitado su desempeño cotidiano y afectado su entorno en la familia y el trabajo.
Esta enfermedad ocurre cuando la capa que cubre el interior de las articulaciones se inflama, causando dolor y entumecimiento; los daños son más comunes en dedos de manos y pies, pero no resultan raros en muñecas, codos, hombros, caderas, rodillas y tobillos. Asimismo, pueden trasladarse a cartílagos, huesos y ligamentos, provocando deformación, cicatrices y rigidez (contracturas), lo que definitivamente dificulta el movimiento, especialmente después de largos periodos de reposo.
Cabe hacer hincapié en que si el problema avanza se pueden desarrollar quistes detrás de las rodillas afectadas que pueden reventarse, causando dolor e hinchazón en las piernas; asimismo, puede haber inflamación y alteración en las funciones de glándulas que fabrican lágrimas, saliva, jugos digestivos o flujo vaginal.
¿Cuál es la causa?Pese a que la artritis, como otras enfermedades reumáticas, son tan añejas como la humanidad misma, la ciencia no tiene una explicación exacta para su origen. Sin embargo, ha logrado identificar factores que pueden influir para que el problema se presente, como ser mayor de 35 años de edad, tabaquismo o el hecho de que alguno de los padres lo haya padecido, así como algunos agentes infecciosos (bacterias o virus).
"Se sabe que es una enfermedad autoinmune —destaca en entrevista para saludymedicinas.com.mx el Dr. Carlos Abud Mendoza, jefe del servicio de Reumatología del Hospital Universitario de San Luis Potosí—, es decir, el sistema inmunológico (defiende al cuerpo de infecciones) puede equivocarse y atacar a la membrana de las articulaciones confundiéndola con elementos extraños.
"Lamentablemente no ha podido encontrarse un factor determinante que señale por qué afecta más a las mujeres que a los hombres, de manera que no puede hablarse todavía de una medida preventiva para este género que evite el desarrollo de la enfermedad", enfatiza el especialista.
La artritis reumatoide generalmente empieza en forma sutil, aun desde la infancia, afectando a distintas articulaciones gradualmente, pero puede también iniciarse súbitamente. Los primeros síntomas pueden confundir al paciente, ya que se trata de rasgos que son comunes a otras enfermedades, como fiebre inexplicable, cansancio, hormigueo en manos o pies, tos continua, dolor en el pecho o en los costados, sequedad de boca, enrojecimiento en los ojos y/o manchas en la piel.
No obstante, una señal que indudablemente advertirá al enfermo que hay que acudir al médico es rigidez por las mañanas, sobre todo al levantarse, la cual puede prolongarse por más de una hora. Es importante destacar que la inflamación por lo general es simétrica, en otras palabras, cuando afecta a una articulación de un lado del cuerpo, la correspondiente del otro lado también resulta dañada.
Para corroborar el problema, el médico solicitará al paciente realizarse un examen en sangre para localizar el llamado factor reumatoide, anticuerpo que aparece en las personas que padecen alguna enfermedad reumática. La misma prueba medirá la cantidad de leucocitos (glóbulos blancos), ya que si ésta es baja indicará la presencia algún padecimiento del mismo tipo.
Ahora bien, para evaluar el daño causado por la enfermedad el especialista (reumatólogo) tiene la opción de recurrir a una artrografía, es decir, una radiografía específica de una articulación, o bien, rayos X de huesos y órganos internos. Asimismo, cuenta con la alternativa de hacer uso del método denominado artroscopia, en el cual se introduce pequeñísima cámara dentro de una articulación para verla por dentro, e incluso para reparar o reconstruir los tejidos internos y cercanos.
Enfrentado al dolorComo se indicó al inicio, el dolor en un paciente artrítico será el eje de su cotidianeidad, principalmente cuando se ha vuelto crónico, es decir, se ha prolongado durante más de 6 semanas y el cual llega a extenderse por meses o años. Es así que el tratamiento deberá dirigirse a su control empleando medicamentos que al mismo tiempo que disminuyan las dolencias hagan lo propio con la inflamación, para con ello recuperar, de algún modo, la movilidad perdida.
Por décadas los especialistas han prescrito analgésicos (como paracetamol) y antiinflamatorios (diclofenaco, meloxicam, celecoxib y rofecoxib) que actúan después de minutos u horas de haberlos tomado. Asimismo, han considerado fármacos con acción a largo plazo (metotrexato, leflunomida, infliximab y etanercept) que muestran su eficacia tras varias semanas de consumo.
El gran problema para quienes han tenido que emplear estos medicamentos es que han sufrido daños gástricos (en el estómago) o renales (en riñones) como consecuencia de su uso. Sin embargo, la Medicina ha desarrollado nuevos fármacos con menores efectos secundarios, como los llamados antiinflamatorios no esteroideos (también conocidos como AINES).
Al respecto, el Dr. Abud Mendoza, también investigador de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, comenta que dentro de las novedades farmacológicas se encuentran los denominados antiinflamatorios específicos COX-2 de segunda generación, los cuales se enfocan al control de dolor e inflamación con resultados alentadores. "La ciencia ofrece en nuestros días sustancias como éstas, que proveen alivio a los pacientes al poco tiempo de su administración, y su efecto tiene duración prolongada, por lo cual sólo se administra una vez al día, a diferencia de los analgésicos comunes que requieren al menos 3 a 4 tomas diarias", acota el especialista.
El entrevistado, también expresidente del Colegio Mexicano de Reumatología, enfatiza que es muy importante acudir al médico ante los primeros síntomas, a fin de detectar el problema en etapas tempranas y ser remitido a un especialista para hacerle frente. "El paciente con artritis reumatoide no tiene que ver afectada su calidad de vida durante años. Por fortuna, la ciencia nos brinda la posibilidad de reconocer la presencia del problema a tiempo para controlarla y eliminarla con el uso de innovadores medicamentos".
Efectos impensablesEn casos avanzados, la artritis puede ocasionar deformación de las articulaciones y afectar el aspecto del cuerpo, lo cual produce un efecto psicológico que repercute en la relación de pareja. La imagen corporal incidirá en la autoestima, y de ahí empezarán a desarrollarse sentimientos negativos, depresión y temor al rechazo, siendo aun más acentuado en la mujer.
Ahora bien, en ocasiones hay poco deseo sexual como efecto secundario de la enfermedad o de los medicamentos que son parte del tratamiento; si a ello se añade el dolor en ciertos movimientos será entendible que la capacidad de disfrutar el sexo se vea disminuida.
Pese a ello, las personas con artritis pueden tener relaciones sexuales satisfactorias. El primer paso lo dará la pareja del enfermo (a), quien deberá hacer lo posible por entender los sentimientos de su contraparte y ayudar a que supere los momentos difíciles a partir de la buena comunicación.
Si usted vive cerca de un paciente reumático recuerde que es muy importante elevar su autoestima demostrando interés por su enfermedad; asimismo, hágale saber sus necesidades de intimidad y entre los dos planeen el encuentro con todo detalle.
La artritis reumatoide (la cual se presenta en aproximadamente 1% de la población mexicana) no afectará el entorno del enfermo si se detecta en las primeras etapas, como también si mantiene higiene cuidadosa, se siguen al pie de la letra las indicaciones del especialista y si el tratamiento es complementado con afecto y paciencia de quienes le rodean.

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