domingo, 20 de marzo de 2011

Diagnóstico precoz de la artritis reumatoide




Una nueva herramienta permite el diagnóstico precoz de la artritis reumatoide.
El instrumento está diseñado para aplicarse en pacientes que presentan sinovitis en, al menos, una articulación; y cuyo origen no se puede explicar por ninguna otra enfermedad.
Fuente JANO.es.
17.01.2011.
Una nueva herramienta, consensuada por especialistas de todo el mundo, permite a los reumatólogos disponer de nuevos criterios para diagnosticar precozmente a los pacientes con artritis reumatoide (AR).
Esta herramienta permite detectar los casos de reciente comienzo, frente a la clasificación anterior que únicamente servía para pacientes con la enfermedad evolucionada. Así, favorece la instauración temprana del tratamiento y, con ello, la mejora del pronóstico de la patología.
Según el doctor Antonio Gómez Centeno, del Servicio de Reumatología del Hospital de Sabadell, Barcelona, “hasta la fecha existían unos criterios de clasificación (publicados en 1987) que distinguían la artritis reumatoide establecida de otras artropatías inflamatorias. Estaban basados en las características que presentaban pacientes con una duración media de su enfermedad de 8 años y no eran del todo útiles para los pacientes con artritis de comienzo reciente”.
La herramienta está diseñada para aplicarse en pacientes que presentan sinovitis (inflamación articular) en, al menos, una articulación; y cuyo origen no se pueda explicar por ninguna otra enfermedad. Si el afectado cumple estas premisas, se le aplicarán una serie de criterios ponderados clínicos (número y tamaño de las articulaciones afectadas), serológicos (usando dos marcadores: el factor reumatoide y los anticuerpos frente a péptidos citrulinados), analíticos de actividad (mediante la medida de los reactantes de fase aguda velocidad de sedimentación globular –VSG- y proteína C reactiva –PCR-) y de duración (si el cuadro clínico es igual o superior a 6 semanas).
Variabilidad del diagnóstico temprano 
La historia clínica y la exploración física son las pruebas más útiles y rápidas para el diagnóstico de la AR, mientras que la ecografía y la resonancia magnética resultan beneficiosas en casos dudosos (cuando con la exploración no puede determinar de forma segura que exista inflamación) y en el seguimiento de los pacientes para medir su respuesta al tratamiento cuando la respuesta es muy buena y no se detecta inflamación por la exploración clínica o para determinar si la enfermedad está en remisión.
Respecto al porcentaje de casos que se diagnostican de forma precoz, el doctor Gómez Centeno asegura que “es muy variable dependiendo de la accesibilidad de los pacientes a la atención sanitaria y de la interrelación entre los médicos de familia y reumatólogos”. No obstante, el experto insiste en que “a pesar de contar con nuevas armas para el diagnóstico, es muy importante que los pacientes no lleguen tardíamente a la consulta del reumatólogo. Por ello -añade- los médicos de familia que tengan la sospecha diagnóstica deberían remitir a los pacientes a las unidades de artritis de reciente comienzo”.
En este sentido, advierte de que “no existe un número suficiente de unidades de artritis precoz en España, aunque se están empezando a instalar en los grandes hospitales”. A su juicio, “las administraciones sanitarias deberían considerar una prioridad el establecimiento de este tipo de unidades específicas, ya que actualmente no hay mecanismos preventivos que permitan prever que se va a desarrollar esta enfermedad, por lo que es imprescindible detectarla lo antes posible”.
“Vamos por buen camino para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero todavía queda mucho por recorrer. Nuevas iniciativas como la definición de los criterios de remisión, algoritmos terapéuticos, nuevos fármacos y más reumatólogos permitirán, en un futuro, ganarle la batalla a la artritis reumatoide”, sostiene el doctor Gómez Centeno.


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